Tal día como hoy, hace una semana se cumplió una cosa que hacía mucho tiempo que estaba esperando. Un 23 de noviembre conocí una una persona que me ayudó mucho y que me enseñó a que si luchas por lo que quieres tarde o temprano llegaría.
Recuerdo que llegué a Alicante en coche con mis padres pasadas las 11. Aparcamos en Alicante centro y fuimos a dar una vuelta por el corte ingles donde horas mas tardes estaría mi ídolo firmando discos. Entré al corte inglés nerviosa, ya había mucha gente delante de mi haciendo cola, pero no me importó, lo único que pensaba era en que por fin se cumpliría uno de mis mayores sueños. De pronto vinieron unas chicas muy majas y me pusieron un numero en la mano derecha, un 129 que cambiaría mi vida. Las horas pasaban eternas, no podía esperar más, eran las 2, después las 3 y a partir de las 3 y media empezó a formarse un escandalo, la gente se colaba, e incluso creyeron verle antes de que comenzara la firma. Recuerdo que una empezó a gritar diciendo: ''¡Allí esta Abraham!'' La gente empezó a correr hacia la puerta como loca, pero no, fue una falsa alarma. Cuando todo volvió a la normalidad varias personas empezaron a poner orden, según el numero que lleváramos en la mano nos tocaría en un sitio u otro. Intentaron hacerlo así para que la gente no se colará, pero fue estúpido porque más de alguna se coló... Eran las 4, la firma comenzó, vi que de pronto la cola se movía mucho, yo cada vez mas nerviosa, casi llorando y con el disco en la mano. La cola llegaba hasta una sala dentro de corte inglés bastante amplia, con dos guardias de seguridad en la puerta. Las puertas estaban cerradas, porque había mucha gente dentro. Solo veía como salía gente llorando. De pronto un guardia abrió la puerta y me dijo: ''pasa'' crucé la puerta y... ahí estaba. Con su tupé y su gorra, firmando discos, abrazando y haciéndose fotos con sus fans. No pude creérmelo, en aquel momento empecé a llorar, no me creía que fuera de verdad. Las puertas se cerraron detrás de mi y vi que aun había muchísima gente delante de mi, pero no me importó, lo vi en directo, ya solo me faltaba esperar a que fuera mi turno. Pasadas las 5 y media subí a la plataforma y con los ojos llorosos le abracé, la sensación que tuve en esos momentos no se puede describir, fue especial, mágica. Después me hice una foto con él haciendo nuestro símbolo de ''princesas traviesas'' con la mano, me volvió a abrazar pero esta vez logré escuchar un susurro entre la multitud. Un dulce te quiero salió de su boca. Me firmó el disco y después me fui, no podía quedarme mas tiempo. Después de todo aquello solo recuerdo salir llorando con el disco en la mano. Salí del Corte Inglés y vi toda la cola que se había formado, daba casi la vuelta entera a la manzana, hice varías fotos a la multitud de gente y me fui. Fue una experiencia muy mágica y especial, no tengo palabras para describir todo lo que sentí. Solo me queda agradecer a mi ídolo todo lo que ha hecho por nosotras...